martes, 2 de junio de 2015

A aquél que un día me hizo feliz, muchísimas gracias. (Fragmento de una carta personal)

Fuiste la persona a la que más he querido en toda mi vida, y todavía , cada noche sueño contigo, con los recuerdos que tengo grabados a fuego, y cada vez que amanezco, espero, tras varios meses, que todo hubiera sido una pesadilla.
Tus ojos llorosos diciéndome adiós son algo que nunca podré borrar. Tampoco el remordimiento de no haber luchado por ti a tiempo.
Te quiero, y me temo que esto será siempre así, puesto que al marcharte te llevaste gran parte de mi alma. Todo me recuerda a ti, a tus besos, a todas y cada unas de las noches que pasamos juntos, a las caricias y risas compartidas.. en fin, ya te haces una idea.
No sé, tan siquiera, como empezar a agradecerte todo lo que hiciste por mi, cada lágrima que recogiste, cada bronca que aguantaste sin necesidad, .. no encuentro, además, palabras suficientes para disculparme por ello.
Vivir con la carga mental de haberte herido es algo que duele más con el paso de los días, no soy capaz de afrontar la mala persona que fui al hacerle tanto daño a una persona tan maravillosa.
Me disculpo sinceramente, porque una estúpida como yo, que echó a perder tantas y tantas oportunidades, no merece tu perdón ni esa segunda opción rogada tantísimas veces. No sabía como decirte todo esto, así que te lo digo ahora, a riesgo de parecer patética.
Mereces ser feliz, y espero, que algún día encuentres a alguien que te quiera tanto como yo lo hago, pero en cambio, que sea merecedora de tu cariño.

Lo siento por todo, espero que nadie, nunca más te borre esa sonrisa de la cara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario